jueves, 3 de enero de 2013

Introducción


         Estrechamente vinculado con el deseo innato de vencer la gravedad y volar, alguna vez presente en cada ser humano, el aeromodelismo es, por supuesto, nos atrevemos a decir, la génesis del vuelo humano.

         Sí, porque ciertamente, todos los que intentaron volar por sus propios medios con el recurso a diversos artificios, debieron haberlo hecho a partir de ensayos con modelos. Esto es tan cierto como que, a partir del conocimiento histórico, así lo fue de facto.

         De Sir George Cayley a Otto Lilienthal y los hermanos Wilbur y Orville Wright, cada uno de ellos referentes de una conquista histórica que ha continuado rumbo a las estrellas, podemos afirmar que el aeromodelismo les había marcado de su fuerte presencia.

         Retrocediendo un poco más hasta Leonardo da Vinci, podemos decir lo mismo pero también que, sino hubiese sido por la triste niebla que la Inquisición hizo caer sobre sus trabajos, podría haber llegado mucho antes y mucho más lejos en el camino de los conocimientos aeronáuticos. En el reconocimiento de su inventiva los aeromodelistas de hoy en día se aplican con éxito en la construcción de los modelos de su genial creación.

         La práctica del Aeromodelismo es una ocupación que entretiene a personas de todas las épocas y edades, el pilotear un avión propio causa una sensación de desahogo parecida al sueño imposible, y dedicarse a ello en el tiempo libre es una buena forma de ser “pájaro por una rato”.

         El Aeromodelismo nació oficialmente en el año 1936, cuando fue reconocido como deporte aéreo por la Federación Aeronáutica, aunque ya a principios del pasado siglo XX se habían practicado formas primitivas de esta disciplina en aparatos pequeños, destinados a investigaciones científicas. En 1927 ya había suficientes especialistas en la construcción y manejo de estos aparatos a escala.

         Hoy en día, ya en el siglo XXI, esta actividad ha evolucionado tanto en sus formas y estilos, como en la tecnología de materiales que lo integran. El aeromodelismo consiste en el vuelo de pequeños aviones reducidos a escala imitando el vuelo de los aviones reales. Se define como el “deporte-ciencia” por excelencia, porque nos permite construir pequeños aviones reales reducidos a escala y a aplicar sobre ellos las leyes aerodinámicas que rigen su vuelo.

         La práctica del aeromodelismo reúne en sí mismo un conjunto de cualidades que lo hacen único en su especie: conocimientos elementales de electricidad, electrónica, aeronáutica, aerodinámica, motores (de explosión y eléctricos), conocimientos en el trabajo de la madera, plásticos, metales, materiales compuestos, adhesivos, soldadura, interpretación de planos y si por si todo esto fuera poco, además permite disfrutar de una afición en la naturaleza y en compañía de amigos.

         El Aeromodelismo, como todos los deportes federados y reconocidos, se practica en asociaciones o clubes esparcidos por toda la geografía española, algunas son escuelas, donde se forman y enseñan las distintas técnicas de construcción y disciplinas de vuelo, iniciando en la teórica y la práctica a jóvenes y mayores que se interesan por este atractivo y espectacular deporte, asesorándolos en la adquisición de materiales y elementos constructivos, herramientas, construcción, acabado, decoración, ajuste y vuelo de los aeromodelos.

         La práctica de este deporte, puede llegar a un sector de público muy variado, ya que los requerimientos económicos para el desarrollo de esta actividad son mínimos, en el caso de la iniciación o la práctica sport, o elevados en caso de competiciones internacionales y espectáculos a alto nivel.