Estrechamente vinculado con el deseo
innato de vencer la gravedad y volar, alguna vez presente en cada ser humano,
el aeromodelismo es, por supuesto, nos atrevemos a decir, la génesis del vuelo
humano.
Sí, porque ciertamente, todos los que
intentaron volar por sus propios medios con el recurso a diversos artificios,
debieron haberlo hecho a partir de ensayos con modelos. Esto es tan cierto como
que, a partir del conocimiento histórico, así lo fue de facto.
De Sir George Cayley a Otto Lilienthal
y los hermanos Wilbur y Orville Wright, cada uno de ellos referentes de una
conquista histórica que ha continuado rumbo a las estrellas, podemos afirmar que
el aeromodelismo les había marcado de su fuerte presencia.
Retrocediendo un poco más hasta
Leonardo da Vinci, podemos decir lo mismo pero también que, sino hubiese sido
por la triste niebla que la Inquisición hizo caer sobre sus trabajos, podría haber
llegado mucho antes y mucho más lejos en el camino de los conocimientos
aeronáuticos. En el reconocimiento de su inventiva los aeromodelistas de hoy en
día se aplican con éxito en la construcción de los modelos de su genial creación.
La práctica del Aeromodelismo es una
ocupación que entretiene a personas de todas las épocas y edades, el pilotear
un avión propio causa una sensación de desahogo parecida al sueño imposible, y
dedicarse a ello en el tiempo libre es una buena forma de ser “pájaro por una
rato”.
El Aeromodelismo nació oficialmente en
el año 1936, cuando fue reconocido como deporte aéreo por la Federación
Aeronáutica, aunque ya a principios del pasado siglo XX se habían practicado
formas primitivas de esta disciplina en aparatos pequeños, destinados a
investigaciones científicas. En 1927 ya había suficientes especialistas en la
construcción y manejo de estos aparatos a escala.
Hoy en día, ya en el siglo XXI, esta
actividad ha evolucionado tanto en sus formas y estilos, como en la tecnología
de materiales que lo integran. El aeromodelismo consiste en el vuelo de
pequeños aviones reducidos a escala imitando el vuelo de los aviones reales. Se
define como el “deporte-ciencia” por excelencia, porque nos permite construir
pequeños aviones reales reducidos a escala y a aplicar sobre ellos las leyes aerodinámicas
que rigen su vuelo.
La práctica del aeromodelismo reúne en
sí mismo un conjunto de cualidades que lo hacen único en su especie:
conocimientos elementales de electricidad, electrónica, aeronáutica,
aerodinámica, motores (de explosión y eléctricos), conocimientos en el trabajo
de la madera, plásticos, metales, materiales compuestos, adhesivos, soldadura, interpretación
de planos y si por si todo esto fuera poco, además permite disfrutar de una
afición en la naturaleza y en compañía de amigos.
El Aeromodelismo, como todos los
deportes federados y reconocidos, se practica en asociaciones o clubes
esparcidos por toda la geografía española, algunas son escuelas, donde se
forman y enseñan las distintas técnicas de construcción y disciplinas de vuelo,
iniciando en la teórica y la práctica a jóvenes y mayores que se interesan por
este atractivo y espectacular deporte, asesorándolos en la adquisición de
materiales y elementos constructivos, herramientas, construcción, acabado,
decoración, ajuste y vuelo de los aeromodelos.
La práctica de este deporte, puede
llegar a un sector de público muy variado, ya que los requerimientos económicos
para el desarrollo de esta actividad son mínimos, en el caso de la iniciación o
la práctica sport, o elevados en caso de competiciones internacionales y
espectáculos a alto nivel.